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Welinq, líder en tecnología de redes cuánticas, ha lanzado la primera memoria cuántica comercial diseñada específicamente para centros de datos cuánticos con un rendimiento récord mundial. La informática cuántica está alcanzando un punto de inflexión: con más de 100 ordenadores cuánticos individuales desplegados en infraestructuras dedicadas, el siguiente reto es conectarlos en red en arquitecturas escalables de alto rendimiento.
Al igual que los centros de datos clásicos dependen de la computación distribuida y las interconexiones de alta velocidad, el futuro de la computación cuántica depende de las redes ópticas y el uso compartido de recursos entre procesadores cuánticos. La memoria cuántica de Welinq actúa como columna vertebral de esta infraestructura, haciendo posible enlazar los procesadores cuánticos en redes potentes y escalables.
Un producto totalmente integrado y listo para usar
La nueva memoria de Welinq es un sistema totalmente integrado que permite una implantación plug-and-play en centros de datos cuánticos y redes de comunicación cuánticas. Sus principales características son
Más del 90 % de eficacia de almacenamiento y recuperación de fotones individuales, la mayor registrada en una memoria cuántica.
Duraciones de almacenamiento de hasta 200 microsegundos.
Formato compacto, cabe en un bastidor industrial estándar de 19 pulgadas para facilitar su integración.
Funcionamiento a temperatura ambiente mediante un enfoque de átomo neutro de probada madurez tecnológica, que elimina la necesidad de sistemas criogénicos gracias al atrapamiento preciso de los átomos mediante haces láser.
Julien Laurat, catedrático de la Universidad de la Sorbona, CSO Hardware y cofundador de Welinq, la empresa pionera de esta tecnología, afirma: «Las memorias cuánticas han sido un foco central de investigación durante años, pero pasar de las demostraciones académicas a una solución comercial desplegable en sólo dos años ha sido un gran reto de ingeniería.»
Un avance clave para escalar las tecnologías cuánticas
En la actualidad, los procesadores cuánticos funcionan de forma aislada, lo que limita su potencia de cálculo. La memoria cuántica de Welinq permite a los procesadores cuánticos trabajar juntos, formando una arquitectura cuántica distribuida, la única forma viable de ampliar la computación cuántica más allá de las QPU individuales.
Como búfer cuántico, la memoria de Welinq permite la distribución de enredos y la sincronización de qubits entre procesadores.
Para las comunicaciones cuánticas, permite la creación de redes seguras a gran escala, formando la columna vertebral de la emergente Internet cuántica.
«La memoria cuántica de Welinq abrirá nuevas aplicaciones e impulsará avances en la informática y la comunicación cuánticas. Su impacto será transformador en sectores como la ciberseguridad, la energía y la sanidad», afirma Eleni Diamanti, Directora de Investigación del CNRS, Directora del Centro de Tecnologías Cuánticas de París, CSO Protocols y cofundadora de Welinq.
Mirando al futuro: Construir infraestructuras para el futuro cuántico
Varias unidades de la memoria cuántica de Welinq ya están en producción y se están desplegando por toda Europa, lo que marca un hito importante en la industrialización de las tecnologías cuánticas. Welinq está eliminando las barreras a la construcción de los primeros centros de datos cuánticos al proporcionar todas las soluciones que permiten la conexión de extremo a extremo entre cualquier ordenador cuántico. La empresa es pionera en hardware de redes cuánticas con eficientes dispositivos de fotónica cuántica y capacidades de almacenamiento, así como en el desarrollo de interfaces luz-qubit de alto rendimiento entre diversas tecnologías de computación cuántica. Todo ello se complementa con una sólida base de software que permite orquestar la red.
A principios de este año, Welinq lanzó el compilador cuántico araQne, diseñado para optimizar eficazmente la partición de algoritmos en procesadores cuánticos conectados en red.
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